capachero
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En principio, capachero es el nativo de Capacho,
población del Estado Táchira, en Venezuela.
Hoy llevan ese nombre dos poblaciones: Capacho Viejo y Capacho
Nuevo, rebautizados
Independencia y Libertad, pero sin que se haya olvidado ni dejado
de usar los nombres primitivos.
Sin embargo, la Real Academia no registra el gentilicio, sino algo
muy distinto: capachero, ra.
Persona que hace o vende capachos. || 2. Porteador de alguna
mercadería en capachos. Y
de capacho dice, entre otras cosas: Espuerta de juncos o mimbres
que suele servir para llevar fruta.
Pero capachero tiene en Venezuela
una connotación muy diferente. El Diccionario del habla
actual de Venezuela, de Francisco Javier Pérez y
Rocío Núñez, dice: capachero. Coloq.
Aplicado a una persona, que tiene modales ordinarios. 2. Coloq.
Aplicado a una persona,
que tiene mal carácter y que busca entablar pelea o
discusión con los demás. Por su
parte, en el Diccionario de venezolanismos, de María
Josefina Tejera et al, hallamos:
capachero. Natural de Capacho Viejo o de Capacho Nuevo,
población del estado Táchira.
2. fig. Se dice de la persona brusca y camorrera. El profesor
Ángel Rosenblat es más
preciso: En Caracas y en gran parte del país se llama
así [capachero] al pendenciero,
escandaloso, fanfarrón o grosero (Buenas y malas palabras.
En Biblioteca Ángel
Rosenblat. Vol. II. Monte Ávila Editores. Caracas, 1989. p.
186). Y don Lisandro
Alvarado: CAPACHERO, A: Pendenciero, perdonavidas, buscarruidos.
Úsase en Caracas.
(Glosario del bajo español en Venezuela. Primera parte.
Acepciones especiales. En: Obras
completas de Lisandro Alvarado. Vol. II. Ministerio de
Educación. Caracas; 1954. p. 116).
Este significado, evidentemente
peyorativo, del adjetivo capachero tiene su origen
en tiempos del vesánico y corrupto dictador Cipriano
Castro, que gobernó despóticamente a
Venezuela entre 1899 y 1908. Castro era de Capacho Viejo
(Independencia), y allí, en
la plaza del pueblo, después de invadir con sesenta hombres
el territorio venezolano
desde Cúcuta, lanza las primeras consignas de la llamada
Revolución Restauradora,
que en pocas semanas lo lleva de triunfo en triunfo hasta Caracas,
donde asume el poder
de manera omnímoda.
Castro se trae de Capacho una
partida de secuaces, con los cuales forma una especie de
guardia pretoriana, que muy pronto se destaca por la agresividad y
el atropello
contra quienes se oponían al dictador, y aun contra
personas políticamete indiferentes, y
como reacción se extiende la expresión capachero
para referirse a aquella policía primitiva
y semisalvaje. De ahí luego se amplía el valor
semántico del vocablo, y se hace sinónimo
de pendenciero, atropellador, ordinario, escandaloso.
Capachero es hoy palabra muy poco
usada en Venezuela, y hasta desconocida para las nuevas
generaciones. Quizás valga la pena rescatarla y restituirle
su vigencia y uso, tanto por su estirpe
histórica, como por la gran fuerza expresiva que tiene.
Además, el tipo psicológico que describe
dicha palabra no sólo existió en el pasado, sino que
existe hoy y seguirá existiendo siempre.
Si los medios de comunicación y los cuentistas y novelistas
la usan de manera oportuna y
pertinente, con seguridad volverá a adquirir vigencia.
Según Corominas capacho es
de origen dialectal mozárabe, probablemente derivado del
vocablo
del Latín vulgar capaceum, que a su vez proviene del verbo
latino capere, contener. Este origen
corresponde, obviamente, a la acepción castiza del vocablo
en el idioma castellano, referente
a cierto tipo de espuerta (cesta) para llevar frutas u otras
cosas. Pero no hay duda de que el capacho
venezolano, que es nombre propio geográfico y
también nombre de una planta que da una flor muy
vistosa conocida con ese mismo nombre, viene también de
allí, posiblemente porque en el pueblo
de Capacho, famoso asimismo por sus artesanías, se
fabricaban o fabrican cestas de ese tipo.